Ya, desde tiempos inmemorables se hace alusión, de
manera tácita o quizás sesgada a la insolvencia; en el Código Hammurabi, escrito en el
año 1760 a.C. por el Rey de Babilonia del cual deriva su nombre, las leyes 49 y 51
mencionan explícitamente el proceso de préstamo y devolución entre comerciantes,
diciendo:
- Ley 49: "Si uno ha recibido en préstamo dinero de un comerciante y ha dado al
negociante un campo cultivable de trigo o de sésamo…".
- Ley 51: "Si no tiene dinero para restituir, dará al negociante sésamo, según la
tasa del Rey por el valor del dinero recibido del negociante, con sus intereses."
Un poco más reciente (aunque no mucho) en el libro Deuteronomio; según los entendidos
en asuntos bíblicos, escrito por Moisés en el año 1410 a.C., en la ley 15 se leía
"Cada siete años perdonaras toda clase de deudas, cada acreedor le perdonara a su
prójimo el préstamo que le haya hecho. Ya no le exigirá a su prójimo o hermano que le
pague la deuda, porque se habrá proclamado el año del perdón de las deudas en honor del
Señor".
Sin embargo para infortunio de muchos, en la actualidad, ni los acreedores ni los
jueces tienen como guía el Deuteronomio.
En la antigua Grecia, sin poderse establecer si formaba parte de algún código de
derecho, o si la costumbre hizo ley entre los comerciantes "Aquel que ha tomado trigo
o arroz de un comerciante y llegándose el tiempo acordado para restituir, este deberá
dar al acreedor el trigo o arroz tomado, más una cantidad de la cosecha como intereses,
si el deudor no pagare según lo acordado o en monedas de oro, el acreedor tomara todos
los bienes del deudor como suyos o a conveniencia tomara al deudor y toda su familia como
esclavos hasta por cinco años, o hasta que el deudor pagare la totalidad de la deuda con
su trabajo físico".
"Se non e vero, e ben trovato" (Si no es verdad, esta bien contado), la
traducción es mía, aunque la traducción literal es, "Aunque no sea verdad, esta
bien compuesto", otras traducciones libres la dan como "cantado" por lo de
trovato. Sin embargo se me antoja que la propuesta suena mejor y que lo hace más
creíble. Me refiero a las historias que se tejen entre los antiguos prestamistas
italianos, que para desarrollar sus actividades mercantiles se sentaban todo el día en
bancos de madera, esperando a los interesados en solicitar un préstamo; en caso de llegar
la autoridad y establecer o descubrir que los intereses cobrados estaban fuera de lo
establecido, rompían el banco de madera como indicativo que dicho prestamista era un
usurero y este quedaba proscrito y en escarnio público.
Otros historiadores aseguran, que los prestamistas, para no esperar buena parte del
día a sus deudores o solicitantes para informarles que se habían agotado sus fondos,
ellos mismos rompían los bancos como indicativo de tal suceso. Cuando llegaban los
"clientes" y veían el hecho, tenían que recurrir a otro prestamista o regresar
al día siguiente.
En sentido etimológico la palabra "insolvencia" se deriva de dos vocablos
latinos "in", partícula negativa (no) y "solvere" (pagar), en
consecuencia su significado seria "no pagar", ahora bien podemos decir que
insolvencia, en sentido gramatical es una palabra con prefijo de sentido inverso, como lo
son las partículas "in" y "des" algunos ejemplos pueden ser:
desubicado, destape, desigual, inquieto, injusto, involuntario, que al anteponerle una de
las partículas mencionadas, cambia en forma negativa el significado de la raíz de la
palabra.
Orígenes, historias, verdades o inventos, la realidad es que la insolvencia esta
presente y que ninguno estamos exentos de vivirla en carne propia.
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